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    DEIXAAS_Una instalación sonora de Mercedes Peón

    Inauguración

    23 de agosto de 2022

Galeria de la exposición

Textos de la exposición

La mujer de las Casitérides

Olga Novo para Mercedes Peón

El principal componente del estaño es la casiterita, una piedra durísima, de gran peso al tiempo que de enorme fragilidad. Los ácidos no la atacan. Ptolomeo el astrónomo, al tiempo que calculaba la distancia entre las estrellas e intentaba oír la música de los planetas cuando mueren, también soñó con el lejano Occidens, con el extraño fin de la tierra ocupada por salvajes entregados a la vida de los instintos. Y más allá de ese límite de la tierra, el Océano nuestro, sintió unas islas pobladas por gentes felices, ínsulas de incalculable riqueza mineral. Estas islas pasaron a la historia de la geografía soñada como las Islas Casitérides, asi llamadas por la extraordinaria abundancia en estaño. Las mujeres de las islas sacaban a la luz con las manos la casiterita, delicada, dura, fuerte, frágil, que combinada con oxígeno crea el estaño. La belleza se reconoce inmediatamente, brilla en las manos de quien la recoge y la sabe ver. Bajo la tierra, entre rocas. Ofrecida como la casiterita las humildes hembras con paños a la cabeza y sudor cayendo a lomos por la cara. Con una azada a cuestas y con el mineral de su tierra, que era la mía, comenzó a hacer música del pacto entre la piedra y el metal. Como si llevase haciéndolo toda la vida. Como si fuera su cotidiana labor continuada en un telar futuro. Lo extraordinario sucede en la auténtica fusión y apertura: es ahí que la casiterita se revela y sube a la superficie. El arte se entrega a quien lo lleva dentro. Mucho antes e incluso más allá del reconocimiento público. El arte se entrega en intimidad a quién lo busca en soledad radical, en independencia absoluta, con autenticidad total, con pasión de vida y búsqueda de lo verdadero. Como a esta mujer autodidacta de la poesía del mundo, de las islas Casitérides, aprendiendo siempre, creando felicidad hermosa. La que anda entre mariposas, ajena a todo menos a lo que verdaderamente importa, recibiendo los mensajes preciosos del sueño. Esta que me hizo llorar fue la voz coral de las mujeres ancestrales nuestras y extrañas y extranjeras, libres por fin en la belleza extraordinaria de su Isla cantada por una hija futura. Ajrú, Sihá, Ullalai Isué el descomunal grito comunal. Poesía del cosmos. Sonido de la circulación de la sangre. Entendimiento más allá de las lenguas. Voz intrauterina. Inteligencia solidaria. Oyente del más allá. Avanzando con cajas y panderos al son de tu rock y reggae. Más allá de la modernidad entroncas con el pasado. El tiempo no existe. La vida a capella. Tocar como labrar en un pedregal milenario hasta sacar chispas de luz y entendimiento. Hasta saber quién se es. Hasta poder ser quien se sabe que es. Igualita que los antiguos. Placer creado. Mantra rabioso que hace entrar en trance para salir de sí. Coro de amiga. Avance cómplice. Amor siempre. Hacer los arreglos como zurcir con hilo de oro. Huracana y Giganta. Saber profundo. Poesía es Verdad, Música eres tú: generosa y libre Mujer de las Islas Casitérides.

Deixaas

Brigitte Vasallo

Deixaas es una propuesta musical y también política desde sus formas que sitúa tres músicas en el escenario compartiendo centralidad, todas ellas relacionadas con la música originaria, en origen, de la composición de Mercedes Peón pero que se convierte en música apropiada, colectivizada. Esta dinámica, que genera nuevos espacios dentro y fuera de la escena, tensiona la arquitectura naturalizada de la artista/líder como central y de la banda que la acompaña, una arquitectura que reproduce y legitima los esquemas jerárquicos que nos cruzan en todos los aspectos de nuestras vidas. El nombre, Deixaas (“déjalas”), es una afirmación polifacética que en uno de sus sentidos inmediatos y literarios, exige la desintervención en todos los espacios intervenidos en su significado: aquello que es dicho femenino, aquello que es dicho espiritual, aquello que es dicho rural ... Un ejemplo es el video Plataforma, que acompaña la escena, dirigido por Virginia Rota, que trabaja en el cuerpo de Janet Novás como un ser fuera de los arquetipos femeninos en movimiento por la naturaleza que contrasta duramente con el perfil de una ciudad militar. Es creación, tradición, transmisión, palabra, energía, cansancio, grito, desahogo, manifiesto, circular, lineal, salvaje, liviano, pesado, pacto, libre, ancestral, contemporáneo, colectivo, individual, recíproco, político, visceral, amistad, plural, singular. Es infancia, madurez, inmadurez, abierto, cerrado, familia, central, periférico, alegría, tristeza, respeto, protesta, aceptación, inconformismo, atemporal, necesario, tierra, madera, hierro y piel. Es Déixaas.

Mónica de Nut

Mónica de Nut

Mi aportación a la grabación de Déixaas fue muy fluida y muy liberadora. No me canso de escuchar la composición final que Mercedes combinó con sonidos fríos y metálicos de Navantia, electrónica trabajada minuciosamente, sonidos de la naturaleza, sonoridades de lenguajes y el nuestro como protagonista, sus formas de cantar como nuestros antepasados, ​​mezcladas con otros sonidos que ella experimenta y con las voces líricas que yo misma grabé. Clarinetes, pianos... muchos detalles. Este trabajo lo percibo como el más auténtico, fiel a su personalidad creativa, el más autogestionado de todos ellos y a la vez el más abierto a la aportación de otros artistas; en los directos Ana Fernández, Mercedes y yo nos presentamos en el mismo plano, una relación horizontal aunque el proyecto lo haya generado Mercedes.

Ana Fernández

Ana Fernández

Mercedes supo crear un espacio de expresión musical y personal, una forma de relacionarse sin liderazgo y donde todas tenemos peso, nombre y apellido, porque lo que no se nombra, no existe. La conexión de pensamiento también favoreció la creación de estos lazos. Sentirnos identificadas en nuestros principios ideológicos, comprendidas y apoyadas unas por otras es sin duda lo que hace que Déixaas empiece como un disco, se convierta en una banda y acabe siendo una familia. Es el único lugar donde me siento comprendida como mujer, panderetera y gallega. Y pensar que hacemos llegar el mensaje a más personas que, incluso en sus círculos, no se sienten comprendidas, me da plenitud. Una vez, de niña, me dijeron que la pandereta no era un instrumento, que lo que estábamos haciendo no era música y que no servía para nada de cara a mi futuro. A toda esa gente: ¡Saludos!